Continúo con el post sobre las vacaciones de verano. Después de Euskadi nos fuimos rumbo a Asturias donde pasamos tres días geniales.
La idea era disfrutar de la naturaleza, del silencio, pasear... y nada mejor que visitar el Parque Nacional de los Picos de Europa, concretamente visitamos la zona del Macizo Occidental. Como era nuestra primera visita quisimos hacer una de las rutas más famosas y emblemáticas de los Picos de Europa: la Ruta del Cares. Son 24 kilómetros (ida y vuelta) por el desfiladero del río Cares, pasando por tramos tallados en la misma roca de la montaña que hacen que sea una ruta espectacular.
La verdad es que es una ruta que nos gustó mucho: las montañas, los puentes, el camino excavado en la roca, las muchísimas cabritas que se te van cruzando a cada momento... ¡Muy recomendable!
Además de la Ruta del Cares, no podíamos marcharnos de los Picos de Europa sin visitar los Lagos de Covadonga. La verdad es que el paisaje que envuelve a los lagos es de cuento: montañas verdes, vacas pastando, flores que salpican la hierba...
Disfruté muchísimo entre tanta naturaleza, paseando tranquilamente por los alrededores de los lagos, admirando el paisaje... Incluso encontré un montón de pequeñas ranitas en la orilla de uno de los lagos:
Y para terminar con Asturias nos dirigimos a visitar las Cascadas de Oneta: tres saltos de agua escondidos en un bosque espectacular. Nosotros solo visitamos la primera cascada, la Firbia, que es la más accesible de las tres. Es un rincón muy bonito que vale la pena descubrir.
Ya véis que nuestra visita a Asturias ha sido naturaleza, naturaleza y más naturaleza y es que no hace falta nada más en un lugar tan bonito y tan verde.
Tan sólo me falta enseñaros la última parte, Galícia, que es donde me llevé uno de los mejores recuerdos del viaje...
¡Feliz fin de semana! ;)