Aunque el trapillo no es santo de mi devoción me he propuesto acabar con los restos que me quedan de otros proyectos y así he terminado un par de ovillos gracias a estos salvamanteles sencillos para la cocina.
La verdad es que son la mar de prácticos y se hacen en menos de cinco minutos. Les he dejado un trocito pequeño a modo de gancho para que se puedan colgar y luzcan más. Los colores me gustan mucho, especialmente el rosa pastel que además es más doble y esponjoso por el grosor del trapillo.
Con este proyecto doy por finiquitados mis ovillos de trapillo y la verdad es que han cundido muchísimo: alfombras, cestos, salvamenteles... ¡Parecían no tener fin!
Espero que os guste la idea para aprovechar esos restos con los que no sabemos qué hacer :)