Este tapiz fue hecho por necesidad. Estuve redecorando la pared del pasillo con diferentes láminas y dibujos de mis hijos y cuando acabé quedó un hueco. Al mirarlo me imaginé un tapiz hecho con diferentes texturas y volúmenes. Y así surgió.
En mi telar casero me puse a tejer y mezclar texturas que tenía guardadas por casa: trapillo de algodón, lana, trapillo con estampado... Un poco sin pensar y dejándome llevar por lo que me iban diciendo las fibras, se fue formando la estructura del tapiz.
Antes de ponerme a tejerlo estuve mirando mi libro favorito de telares "En el telar" de Maryanne Moodie. Es una guía imprescindible y súper inspiradora para aprender técnicas, experimentar con telares improvisados como palos o bastidores, conocer materiales y herramientas básicas... Además, está repleto de fotos preciosas.
Me llamaron especialmente la atención los tapices con volúmenes y mezcla de texturas y era eso lo que quería recrear con mi tapiz.
Estuve buscando en mi caja de trapillos y lanas diferentes ovillos que combinaran y que pudieran unirse en armonía para crear una estructura coherente y agradable. Esta fue una de las partes más divertidas: buscar, probar, combinar... Al final elegí colores muy neutros y texturas variadas en cuanto a grosor, acabado, material...



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