A veces pequeños proyectos especiales nacen sin buscarlos. Mi hija encontró un palito durante una excursión y lo decoró para mí. En cuanto lo tuve en las manos supe que tenía que transformarlo en algo que nos uniera a las dos y así nació esta guirnalda de crochet: un proyecto sencillo, sereno y lleno de significado.
Durante el verano fui tejiendo cada pieza poco a poco: una flor, un sol, una hoja... Todas diferentes pero unidas por la misma energía: la de volver a tejer con calma. Utilicé hilos DMC Natura Just Cotton porque tienen una acabado mate que me encanta y que aporta un toque natural.
La cadeneta de color blanco roto fue el último paso: el hilo que lo conecta todo. Y así di por terminado este pequeño proyecto que para mí ha significado el final del verano y el comienzo de una nueva etapa de vuelta a la rutina pero también a buscar cada vez más ratitos para hacer lo que me gusta: tejer, coser, bordar...
La guirnalda ahora mismo cuelga en la pared del pasillo de casa junto al conjunto de cuadritos que hice a mano y que simbolizan a cada uno de mis hijos. No es la guirnalda más perfecta que he hecho pero detrás de cada forma hay una historia y un rato de conexión conmigo misma. Y eso ya vale oro.
Espero que os inspire.




No hay comentarios:
Publicar un comentario